Puntos de Interés
Infrastructure
Antigua estación de Arlanzón
Uno de los rasgos que siempre ha caracterizado a la Sierra de la Demanda ha sido su carácter minero. Muchas minas fueron ya explotadas por los romanos y la existencia de mineral (hierro, plomo y cobre) fue notable. Pero los ejemplos de actividad más notables comenzaron a desarrollarse en estos territorios desde el siglo XV, aunque no sería hasta el siglo XIX cuando la minería alcanzaría su máxima plenitud. Fue en ese momento cuando empezó la construcción de diversos hornos de fundición teniendo como principal dificultad el tema del transporte del mineral a la ciudad de Burgos.
Corría el año 1895 cuando se solicita la concesión de una línea férrea que enlace los yacimientos de la sierra con Burgos. The Sierra Limited Company, una empresa de origen inglés, compraría las minas cercanas y la concesión del ferrocarril minero con el objetivo de dar una fácil salida al mineral extraído en esta zona, abaratando su precio.
En 1902, con un presupuesto de 12 millones de pesetas, dieron comienzo los trabajos de construcción de este ferrocarril que sería subvencionado por la Diputación Provincial de Burgos a condición de que ofreciera transporte a viajeros. Más de dos mil obreros trabajaban en las obras de sol a sol por 1 peseta al día.
A pesar de todo ello, los vecinos de la Sierra de la Demanda nunca llegarían a usar este medio de transporte y, aunque las obras llegaron a Monterrubio, ningún tren llegaría a este municipio, limitándose la explotación ferroviaria a la vecina localidad de Barbadillo de Herreros.
Finalmente, una serie de circunstancias darían al traste con este proyecto. Empezando por los nuevos yacimientos que fueron floreciendo en la provincia de Vizcaya y terminando con diversos problemas internos que llevarían a The Sierra Limited Company a cerrar las minas de su propiedad y a clausurar el ferrocarril en 1910.
Años más tarde otra empresa, Ferrocarril y Minas de Burgos, intentaría reabrir la actividad pero sin éxito, desmantelándose finalmente las vías del ferrocarril minero en 1947. Sería precisamente esta empresa la que construiría en 1920 la antigua estación de Arlanzón. Este edificio se construiría años más tarde que el resto de edificios asociados a esta línea realizados, en su mayoría entre 1896-1897.
El edificio tiene planta rectangular y consta de dos plantas rematadas por un tejado a dos aguas. En su construcción se emplearon materiales de la zona, concretamente ladrillo y piedra. Tiene un estilo sencillo y algo rústico en el que destaca la decoración de vanos y puertas rematados con ladrillo rojizo que destaca sobre la piedra gris de los muros. Tenía una marquesina que ha sido totalmente rehabilitada donde ahora pueden observarse columnas de madera.
Actualmente el complejo se ha rehabilitado para dar servicio como centro de ocio infantil y juvenil con una piscina que es utilizada por los vecinos de la zona.